ESCENARIO EN DISPUTA

ESCENARIO EN DISPUTA

Por
EDWIN DORIA

El tema de la cultura debe ser debatido en la misma dimensión de las cuestiones económicas o políticas. Las culturas son un legado histórico, son el todo y las partes que unen, forjan lo que somos como individuos y sociedad. La cultura es el campo en disputa por el poder ideológico y político.


La cultura debe ser comprendida desde las relaciones sociales: la desigualdad, la injusticia, la inequidad, el agravio, la violencia simbólica, material que el capitalismo impone en los seres humanos con el objetivo de alienar, expropiar sus comportamientos y así permitir la acumulación permanente de capital.
Es de importancia exigir de la cultura la denuncia permanente de esa alienación. El comprender su estructura desde las condiciones materiales existentes y reconocer las diferencias, las diversidades culturales. Lo que se busca es la emancipación, la autodeterminación del pensamiento y del espíritu.
Vivimos una disputa de culturas circundada por el crecimiento económico, políticas redistributivas, pero, culturas de consumo suntuario que se afianzan con fuerza. Ya es hora de un quiebre cultural para un sistema del buen vivir.
Para comprender mejor las cosas, realizaremos un mapeo situacional por los distintos espacios culturales que actualmente están en disputa en nuestro territorio: la calle -memoria histórica-patrimonio -paz comunicación-estético-presupuesto y otros más que en el transcurso del mismo proceso en construcción, se vayan descubriendo para tener una mejor visión y poder confrontarlos de mejor manera.
En nuestras organizaciones lo cultural no se asume como un eje primordial en la lucha social y política. Si no asumimos la cultura como la posibilidad de transformar a la sociedad, si no desarrollamos alternativas propias en defensa de nuestro patrimonio cultural, nunca podremos ganar la disputa contra la globalización económica y cultural que nos impone el sistema hegemónico de la cultura de la muerte, además, corremos el riesgo histórico de pérdida de la identidad como sociedad.
La cultura debe ser el eje en el que debe basarse la política y todos los movimientos sociales que aspiren a transformar la sociedad en que se lucha. Por eso, es un tema de importancia, que no debe dejarse de lado.
La disposición geográfica de Colombia, con la hostilidad de su terreno y la abrupta variedad de su clima, siempre ha dificultado enormemente los viajes y las comunicaciones, lo que ha contribuido a fomentar un regionalismo muy extendido. Sin mencionar el grave problema y tensiones entre la periferia y el centro, que ha generado la concentración del poder político con la práctica centralista. La cultura no es ajena a esta problemática de concentración y desigual distribución de poder. Por lo que las regiones demandamos mayor autonomía, entendida ésta como una participación en la distribución de la riqueza nacional, mayor libertad de asignación local de recursos transferidos, protagonismo en asuntos de interés nacional y autodeterminación en el desarrollo local. Por otra parte el centralismo propugna por el recorte de las transferencias, intervención en los modelos de gestión local, recentralizar recursos y supeditar las agendas locales a las centrales. Estás tensiones entre los territorios y el estado central ha contribuido a desigualdades en el desarrollo sociocultural, económico y político, como entre una región y otra.
Por esto, para entender el panorama de la cultura en Colombia, hace falta mirar qué está pasando en las regiones. En materia regional, las comunidades luchan por la defensa de la vida, la naturaleza, el territorio, el acervo cultural, patrimonio, la identidad territorial, sus creaciones, saberes, experiencias, usos y costumbres.
El sector cultural tiene muy buena disposición porque sabe que tendrá un rol muy valioso en las profundas transformaciones que necesita el pais,
Particularmente, en zonas donde el conflicto armado ha golpeado a la gente y sus territorios; el arte puede jugar un papel fundamental en la tarea de sanar, restaurar y dignificar lo fragmentado por la guerra. Sin embargo, el sector cultural, no oculta su preocupación frente a las realidades de un país que ha tratado al cuerpo humano, la naturaleza y su legado cultural con tanta violencia, que si no se es consciente de consolidar una narrativa propia del conflicto, se pone en peligro la memoria histórica del país
El llamado a los y las Artistas y Hacedores de Cultura es continuar en la lucha por la defensa y disputa de los derechos culturales y sociales conquistados, los derechos no cumplidos y los no conquistados, como también reflexionar sobre las políticas que mercantiliza nuestras expresiones artísticas y culturales, así mismo, el análisis a profundidad sobre la situación actual del sector, pero también, por la autonomía de la cultura regional. Porque el arte y la cultura son escenarios en disputa.

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