El Sastre en su Laberinto

El Sastre en su Laberinto

Por: El Saltamontes Decente.
Al despuntar el alba en barranquilla, el chillido de una puerta metálica anuncia el comienzo de su faena cotidiana
Telas por cortar pantalones que entregar es la actividad diaria en la sastrería “Dublín”
Todos los circunvecinos se benefician del prodigioso arte que desempeña el sastre Dublín señor de amplio recorrido que entre puntada y corte sorprende con sus acabados. Un sin número de prendas de vestir llevan su sello y en él su esmero y dedicación.
Casi nunca come a una hora establecida por lo regular come a deshoras, pero el hambre y la fatiga la mitiga en compañía de un malecillo cigarrillo.
Sumergido en el laberinto de cuentas gotas vive su día a día poniéndole un poco de hiel de vez en cuando a su vida, solo en su laberinto rodeado de trozos de telas.
El arte de sastre también le han brindado bondades y dulces mieles. hermosas mujeres de todo tipo han sido parte de su vida andariega, mujeres que sin lugar a dudas le dejaron hermosos recuerdos como aquellas que le dieron sus tres crisoles, cuenta y relata el sastre “Dublín” como muchos lo llaman, un apelativo pegajoso que se ha quedado en el imaginario de los vecinos y clientes foráneos que llegan recomendados
No ha sido fácil para Dublín y mucho menos en momentos en el que una pandemia sin rostro azota a la humanidad. Sortear los compromisos que le impone el sistema de cosas como pagar los servicios públicos, el plusvalor de la cesta básica y el confinamiento obligatorio en un régimen que no hace concepciones humanitarias, pero privilegia a los de las altas esferas de la sociedad.
Frente a su maquia de coser mira impotente como se roban los de cuello blanco la plata de los colombianos y desmembran cual presa en fosa de cocodrilos la moribunda constitución del 1991.
 Su máquina esta viejita, pero no desmaya, se resiste, mientras allá aguja para coser   seguirá cosiendo cual pueblo que no se rinde mientras allá sueños por conquistar y una sociedad que transformar
 En su lúgubre casa de dos pisos transcurre sin pausa un pedaleo sin cesar
Tejiendo sueños bordando amores, construyendo entre telas un mundo de colores con justicia paz y equidad.

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