DIARIO DE UN REVOLUCIONARIO

DIARIO DE UN REVOLUCIONARIO

Por: Edwin Doria

Mi vida la he dedicado a caminar la palabra revolucionaria por mares y montañas, llanos y rurales, ríos y ciudades, desafiando poderosas fuerzas que tratan de dominarlo todo con ejércitos temerarios legales e ilegales que despojan, asesinan y aplican la justicia con leyes confeccionadas a la medida de sus injusticias.

Estoy comprometido con la revolución del pueblo. No tengo intereses personales, tampoco propiedades, lucho por alcanzar la igualdad y la libertad, por ser tratado y tratar a los demás como seres humanos, dispuesto a sacrificar la vida, si es el caso, por batallar con la bandera de la libertad.

Aunque mamá y papá nunca estuvieron acorde con la idea que empuñara un fusil para cambiar lo establecido, la arbitrariedad decretada, el desorden planificado, la deshumanización humana, tomé la sabia decisión de ser un revolucionario del pueblo y trasegar por el único camino válido de transformar todo lo establecido por el régimen de la muerte y el cambio por completo de la sociedad.

Siempre tuve la sospecha que algo andaba mal. Que éramos adoctrinados por un dios patronal impuesto, el dios conforme de las mejillas ultrajadas, practicante de una cultura de malas costumbres heredadas y víctimas de hechos cotidianos aceptados como natural.

Desde siempre he sido un revolucionario convencido del poder del pueblo. El arma más poderosa de una revolución, es tener conciencia, el cambio revolucionario solo es posible con el protagonismo activo de la clase popular. Pueden acabar con la vida de un revolucionario, pero, jamás, con la revolución, reza en alguna parte.

El día que muera dejaré de herencia mi viejo fusil, una cantimplora desteñida por el tiempo y la experiencia de un espíritu joven de lucha revolucionaria, comprometido con el pueblo para cambiar todo lo que debe ser cambiado

Compartir