Por
EDWIN DORIA
Si tuviésemos que hacer una propuesta cultural para un nuevo gobierno interesado en la transformación sociocultural del país, necesariamente tendríamos que construir, diseñar e implementar una política biocultural para un país de regiones diversas.
La Biocultura es la diversidad biológica y cultural que abarca desde semillas a paisajes, desde conocimientos a valores espirituales, transmitidos de generación en generación. En este proceso biodiverso se desarrolla un equilibrio con su entorno. Una serie de prácticas y conocimientos caracterizado por una estrecha relación con el mundo espiritual y natural, vinculados a las necesidades materiales y espirituales de la comunidad.
La diversidad biológica y cultural que han desarrollado a través del tiempo y en sus territorios los pueblos Originarios, Afrodescendientes, Campesinos y las Comunidades Locales y Populares; han acumulado durante lustros un conjunto de conocimientos, prácticas, creaciones, tradiciones y creencias en estrecha relación con su entorno natural, generan riqueza biocultural que los y las colombianas no debemos desconocer, y mucho menos despreciar.
El patrimonio biocultural con que cuenta la nación es inmenso. Conocimiento y prácticas ecológicas locales, riqueza biológica asociada (ecosistemas, especies y diversidad genética) la formación de paisajes ecológicos y paisajes culturales, así como la herencia, conservación de la memoria del ecosistema y del paisaje, memoria basada en espacios. y prácticas vivas de los ambientes, manejados o construidos por los pueblos en los territorios. Pero también, son parte de este patrimonio biocultural la agricultura, la alimentación biológica, cosmética eco-natural, bioconstrucción, las energías renovables, modas sostenibles, ecología, ambiental, reciclaje, banca ética, artesanías, música, saberes, arte, folclor, tradición oral y publicaciones.
Es un patrimonio colectivo, desarrollado en el proceso de vida de una comunidad. Las actividades principales de la comunidad se llevan a cabo de forma colectiva, aumentando y manteniendo este patrimonio.
influenciado por un conjunto de valores espirituales muy arraigados. Además, incluye un conocimiento cercano de los recursos naturales existentes y se promueve un uso intensivo de los mismos.
Es importante resaltar que el patrimonio biocultural generalmente entra en conflicto con la visión dominante occidental, En este sentido se ve permanentemente amenazado por la tendencia moderna al cambio acelerado de la forma de vida y del entorno.
Prueba de ello, son los múltiples conflictos ambientales y culturales que se presentan en diversos territorios de la nación colombiana, por la implementación de un modelo económico sustentado en el extractivismo y el consumo, generando todo tipo de problemas culturales y ambientales que incluyen; procesos de transculturación y aculturación, la cultura originaria sufre una alteración y por lo tanto la trayectoria de la formación de la identidad del individuo cambia, como también, cambia el clima, se agota el suelo, deforestación, pérdida de la soberanía alimentaria, disminución de la biodiversidad y contaminación del agua. Son proyectos que atentan contra la vida en los territorios.
El patrimonio biocultural va más allá de los intereses regionales euronorteamericanos, este patrimonio debe ser defendido y protegido para el beneficio de los colombianos y de la misma humanidad. Por ello, la política cultural, educacional, de salud pública, ambiental, económica, agraria y artística debe ser integral, en concordancia con las ciencias humanas y sociales para que se conozca, se enseñe y difunda el saber, las prácticas y el conocimiento del patrimonio material e inmaterial sustentado como un derecho biocultural colectivo.
Una propuesta biocultural para un nuevo gobierno debe propiciar, motivar e incentivar el retorno al campo, con proyectos de vida colectivos, que estimulen la generación de nuevos espacios de convivencia regionales autónomos, que garanticen la seguridad alimentaria en los territorios, el autocuidado, la economía propia, promueva la cultura agrícola, el uso de la medicina ancestral basada en el conocimiento y nuevos descubrimientos de plantas medicinales, por su puesto en concordancia y armonía con las investigaciones científicas promovidas por un nuevo país.
Esta propuesta sociobiocultural, abriría las puertas hacia un nuevo pais. fortaleciendo y posicionando la política centrada en los seres vivos que habitan el territorio colombiano. Contribuiría al descongestionaniento de las urbes, a
la disminución del desempleo, la pobreza, como también generará nuevos campos del saber y la educación integral, que sería más acorde con las nuevas realidades humanas, naturales, sicioculturales y económicas, lo que, transformará la cultura económica de la muerte, promovida e implantada por el sector financiero y especulativo, basada en el extractivismo y el consumismo de productos, servicios y bienes que provocan daños irreversibles, tanto para la salud del planeta como de sus habitantes, entre ellos los seres humanos.
