Se crea un nuevo partido en Arabia Saudí para evitar más violencia en el país

Se crea un nuevo partido en Arabia Saudí para evitar más violencia en el país

Por: Ana Isabel Llinás Velázquez, corresponsal de ComuniKaribe. Barranquilla, Atlántico.

En un imperio absoluto en la que los partidos políticos y el parlamento son una utopía, el nacimiento de una formación es ya en sí mismo un desafío que excede todos los límites.

Un grupo de destacados disidentes saudíes ha creado un movimiento que, desde el exilio, tratará de impulsar la reforma política de un país dominado por el preparado ascenso al trono de su príncipe heredero Mohamed Bin Salman.

El partido, que aboga por el establecimiento de elecciones, un Parlamento y las salvaguardas constitucionales para garantizar la separación de poderes, está integrado por alguno de los líderes más sobresalientes del exilio saudí. Entre ellos figuran Yahia Asiri, fundador del grupo de derechos humanos ALQST, la politóloga Madawi al Rashid, el activista chií Ahmed al Mshikhs o los académicos Said bin Nasser al Ghamdi y Abdalá Alaoudh, hijo de un conocido clérigo encarcelado.

El surgimiento de la Asamblea Nacional acaece en un momento especialmente decisivo, entre rumores de una sucesión cercana, empujada por los achaques de salud del rey, operado el pasado julio, y las elecciones presidenciales estadounidenses y la estrecha alianza que Bin Salman ha forjado con la administración de Donald Trump. «Arabia Saudí no tiene en estos momentos el acceso a republicanos y demócratas que tuvo en el pasado». Bin Salman está preocupado por la posibilidad de que Trump no sea reelegido y Biden complique sus planes.

El nuevo partido busca evitar los peligros que, a su juicio, corre el país. «Queremos impedir que el país caiga en disturbios, violencia y guerras civiles o regionales. Buscamos sentar las bases para un cambio político pacífico que tenga como objetivo, ante todo, proteger los derechos humanos y el desarrollo», prometen los firmantes.

«Consideramos todos los recursos estatales como propiedad del pueblo. Creemos que la riqueza debería ser distribuida equitativamente y que los recursos no deberían ser gastados sin escrutinio por los representantes del pueblo», subrayan tras comprometerse a «elaborar leyes efectivas que luchen contra la corrupción, el enriquecimiento ilícito y el abuso de poder».

El movimiento que aspira a transformar al mayor exportador de petróleo del mundo y estrecho aliado de Estados Unidos está abierto a colaborar con los sectores de la familia real que se oponen a la llegada al trono de Bin Salman, precedido por políticas tan agresivas como las que iniciaron hace cinco años los bombardeos sobre Yemen de la coalición árabe que lidera Riad o la campaña de arrestos de activistas, intelectuales, clérigos e incluso miembros de la realeza. También busca cooperar con organizaciones internacionales para «resolver las disputas externas respetando la soberanía de los estados y apoyando su búsqueda de la democracia».

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