NUEVAS PALABRAS PARA UNA NUEVA SOCIEDAD

NUEVAS PALABRAS PARA UNA NUEVA SOCIEDAD

Por
EDWIN DORIA

He decidido intervenir las palabras explosivas expulsadas violentamente por mi boca, que producen ruidosas llamaradas en destinatarios conmovidos con palabras que solo significan otras palabras, y ocasionalmente se las lleva el viento, como igualmente, existen otras, que impactan y taladran la mente como un pájaro carpintero, hasta instalar en el disco duro de la memoria, el chic que te hará sonreír, llorar, rabiar, amar, odiar, reflexionar, consumir, rechazar, aceptar todo aquello que tú pretendiente desea o aspira a lograr con el efecto de las palabras escogidas.

En otras palabras, con el impactante poder de ellas, pueden ayudar a resolver problemas, a través de la energía contenida en su significado transmiten pensamientos, opiniones, dudas, experiencias que contribuyen a la creación de mejores mundos, o al dominio del mismo. Así que las palabras, según el manejo que le demos, podemos influir emocionalmente en las demás personas o destruirlas, si esa es la intención del interlocutor.

Muchas personas confieren mayor poder al contenido de cada una de las palabras que a la imagen viva de un asesinato, una masacre, a la pobreza, por ejemplo, personas que parecieran inmunes ante tal barbaridad de la realidad circundante, rutinaria, naturalizada, y son asiduas visitantes de la TV, la internet, los periódicos y revistas que alardean en sus pantallas y páginas el recorrido deambulante de la sangre por territorios de vida abandonados por Dios y el estado.

Esas mismas personas, paradójicamente, se sonrojan de solo escuchar palabras como: mierda, marica, verga, amor, afectos, sentimientos, pero, no les dice nada, palabras como: violación, femenicidios, patriarcado, despojo desplazados, asesinato, corrupción, movilización etc, muestran desinterés y hasta sufren mortecina indisposición de solo escuchar o leer las palabras adecuadas que describen vergonzosos momentos de la sociedad en decadencia

Para no molestar, ni causar escozor con las palabras graficadas por mis manos, y con el ánimo de evitar incomodidades y no provocar heridas lastimeras, quizá o talvez, maquille las palabras utilizadas, tanto en el léxico empleado cotidianamente como en las seleccionadas para expresar públicamente lo que pienso y siento de la vida y sus bemoles.

Estoy coloreando con acuarela de afectos las palabras hirientes con tono punzante que infartan el corazón. Le daré otro matiz, adornándolas con pétalos dulces que no empalaguen el gusto al paladar, ni repugnen o fastidien por zalameras a ningún mortal sobre la tierra.

Encontraré otras palabras que no existen en los diccionarios, mi limitada inteligencia no ayuda a la creación de nuevas palabras que puedan describir o expresar de otra forma lo que estoy sintiendo y pensando. De ahí mi torpeza para comunicarme con mis semejantes y el resto de seres vivos que hacen parte de la familia, del territorio y del planeta mundo.

Lo cierto es, que, el contexto mundo, se le han agotado los referentes y por tanto las palabras para expresar un nuevo paradigma, quizá por eso, no surgen nuevas palabras afectivas, optimistas, esperanzadoras solo se crean o reelaboran palabras frías y duras producto de la tecnología reinante.

Habría que regresar al principio creador o propiciar el momento de construir otros mundos posibles, nuevas realidades autónomas, formar nuevos y mejores seres conectados con la armonía territorial, plantaría y cósmica.

Será que debemos esperar el regreso después de la partida a lo desconocido, si es que de eso se trata, para hallar un nuevo universo de palabras acordes al querer y necesidades de una nueva sociedad en Paz.

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