El Pacto Histórico es Gobierno y Oposición a los Opositores

El Pacto Histórico es Gobierno y Oposición a los Opositores

Por: Alfonso Camerano Fuentes

Una de las leyes de la física, la ley de la inercia, enseña que todo cuerpo tiende a conservar el estado de reposo o de movimiento en que se encuentra, a menos que otra fuerza externa intervenga y altere su rumbo.

La potencia motriz del Pacto Historico está hirviendo en el alma del pueblo colombiano que hizo posible el triunfo del 19 de junio.

Esos millones de colombianos reclaman condiciones mínimas de vida digna para seguir firmes en las trincheras de las calles en las grandes, medianas y pequeñas poblaciones, así como en el campo y en las costas y riberas colombianas.

La conformación del nuevo gobierno ha sido acogida por los partidos políticos sensatos, tanto los que tuvieron la decisión de sumarse al PH, antes de la elección de Congreso de la República, como los que, están desde otras orillas se dispusieron a garantizar la gobernabilidad; y más allá de los colectivos, la importante decisión de personalidades connotadas del quehacer político económico y social que también han expresado su decisión de no constituirse en oposición al nuevo gobierno.

Con entusiasmo hemos visto gente de todos los rincones del país compartir pupitre en las comisiones de empalme con los ministros anunciados y los senadores y representantes que han de orientar el Programa del PH “Colombia será Potencia Mundial de la Vida”, con personal idóneo, venido de las distintas organizaciones y disciplinas para dar ideas que saquen al país de la desigualdad y el atraso.

Pero el PH historico de antes de las elecciones del 19 de junio no es el mismo hoy, el que ha de conformar las mayorías en el Congreso de la República que respalden la propuesta del cambio social.

La maniobra que urde la derecha derrotada mostró sus dientes en la pretensión de prolongar su poder dentro de la estructura del estado, tomándose con argucias la Junta Directiva de Ecopetrol; convirtiendo la Asamblea General de la más importante empresa nacional, en la sustituta de los representantes del nuevo mandato, sellado con más de 11.5 millones de votos en la elección de Gustavo Perro.

O la de imponer al nuevo Contralor General de la República, eligiéndolo de un listado amañado de candidatos ligados a los derrotados políticos y a su actual titular que, valga decir, sirvió de punta de lanza para callar, tapar y alcahuetear la entrega de sectores sensibles de los servicios públicos a los socios del que dejan limpia la caja mayor y mejor del estado, cubriendo el escándalo de Hidroituango, que hace parte del desastre de la inundación de medio país, desde antes de la depresión Momposina, impactando las poblaciones ribereñas por varios departamentos, hasta las siempre castigadas a orillas del Canal del Dique, o la tragedia de Salamina en el departamento del Magdalena.

Pretende el gobierno saliente dejar amarrado el contrato del Río Magdalena por más de 1’4 billones de pesos, contratando la nueva APP que, tras el fracaso de Navelena- Odebrecht, con los sobornos a los más altos funcionarios del estado nacional y regional, y el silencio del desastroso fiscal saliente, su ex asesor jurídico, apuntarse ahora a la piñata millonaria, asunto que debe pararse hasta la posesión del Presidente Petro el próximo 7 de agosto.

Se ha destapado el escándalo de la apropiación de más de 1 billón de pesos de los recursos OCAD Paz, los cuales se apropiaron desde las altas instancias que permitieron, con el entramado de los entes departamentales y municipales encargados de radicar los proyectos, en más de 27 propuestas, que son investigados por la Procuraduría General de la Nación, un tumbe descomunal. Así se hizo trizas el proceso de Paz.

Este es el escenario que ha de recibir el Gobierno del Pacto Historico que, con acierto, el senador Iván Cepeda Castro, calificó como la “raspada del caldero”, dejando desierto los recursos públicos.

Y sobre esta afrenta pública, se autoproclaman sus voceros más recalcitrantes como “la oposición” al Programa que el pueblo escogió en las urnas. Tamaña desfachatez y arrogancia afrentosa.

Es este el punto de debate, el hecho de ser el PH, gobierno, no significa que la base que hizo posible el triunfo tenga que quedarse encerrada en su casa, como si todo estuviera ganado y existiera el control suficiente para direccional los recursos que están en manos de la cleptocracia, pero que deben ser los que apliquen a satisfacer las necesidades de salud, empleo, vivienda, educación, desarrollo, ya que tendrá que seguir confrontando la arremetida que preparan los sectores que no aceptan el resultado en las urnas.

Aunque el ministro de hacienda, José Fernando Ocampo, ha explicado que el disparo del dólar no obedece al cambio fundamental del triunfo de la Izquierda sobre la Derecha, sí es cierto que ha habido fuga de capitales, o la
partida de familias de inversionistas que creen que Colombia correrá la suerte de otras naciones latinoamericanas que se sacuden de las doctrinas de la seguridad nacional y de la entrega de la economía con la firma de los TLC desiguales.

Haber avanzado en el Acuerdo Nacional para alcanzar la gobernanza, es un avance, pero empiezan también el repique de tambores en el discurso ante la tropa del General Zapateiro o en la cada vez mayor altanería del sector ganadero que dirige la senadora Cabal, en nombre de minorías heridas en el costado que tienen poder real, como diría Ferdinand Lasalle.

Las EPS, promotoras de un sistema inhumano de Salud, aliadas a la corrupción, que desangra los fondos públicos y tiene quebrado el servicio; o
los comerciantes de los servicios
Públicos, con las operadoras de la energía domiciliaria y de los acueductos, que saquean los activos que pone el pueblo, asfixian la economía franciscana de nuestro pueblo, aplicando un costoso y alcahueta sistema centralizado y corrupto de tarifas, aprobadas con corrupción a los socios de esas empresas, están dispuestos a sabotear las Políticas del Pacto Historico.

Por todo esto y más, la sede y el poder del PH seguirá siendo la Plaza Pública, la gente con sus organizaciones barriales, gremiales, comunales, Veedurias, maestros, indígenas, juventud, mujeres, estudiantes, desempleados, LGTBI, rebuscadores de la vida, profesionales, intelectuales, en todos los niveles, que sirva de respaldo a las iniciativas que deben implementarse para salir de la olla.

Ese espacio no puede cederse a una derecha que incluso se aparta y cuestiona el discurso de su conductor de muchos años, Álvaro Uribe Velez, planteándose asumir una oposición, en todos los escenarios donde conserva su capacidad de conducción, sean desde dentro del estado, o con las organizaciones para – estatales del sector privado, y gremios experimentados en prácticas de saqueo y violencia.

Con la conciencia de no caer en la provocación de gobernar al estilo populista, que se enraizó con los consejos comunitarios hace dos gobiernos atrás, o de hacerlo desde la Plaza Pública, que es el espacio ganado por elPH, las organizaciones sociales de base, deben estar más consolidadas que nunca, para defender el triunfo y garantizar, desde abajo, lo alcanzado hasta ahora que es mucho, pero no suficiente.

La consigna es única: Organizar , organizar y organizar para empoderar al pueblo

Habrá Pacto Historico en la Casa de Nariño y en todos los rincones de la patria colombiana..

La lucha continua..!!!

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