VENTANA AL CIELO

VENTANA AL CIELO

Por
EDWIN DORIA

Abrí una ventana en el cielo, muy cerca de la luna, para reflejar de manera virtual todo lo que acontece en este territorio. Es una especie de pantalla mágica que al abrirla, el mundo y el universo captan en vivo y en directo imágenes y sonidos del momento histórico que vive la nación.

Para conectarte con la transmisión en vivo y en directo, solo debes salir a la luz pública y mirar el cielo. De inmediato, la ventana se abre y a través de ella, puedes observar y escuchar las voces de millones de personas que sueñan y luchan por un nuevo país.

El país soñado es posible y lo puedes descubrir a través de la ventana. No lo encuentras en la revista Atalaya, ni en Despertad, tampoco está consignado en la Constitución del 91, ni en las resoluciones de Naciones Unidas. Menos aún en los medios de comunicación al servicio del gran capital.

Son diversos los sueños populares, pigmentados en colores de natura, hechos de tierra, cocinados en aguas dulces y marinas, aliñados al son de un popurrí de notas musicales pluriculturales. No están escritos en ninguna parte. Están guardados en la memoria colectiva de los pueblos.

La ventana al cielo es un medio natural en el que puedes ser testigo del ocaso de un régimen violento y negacionista en crisis, que golpea con brutalidad a quienes se atreven a disentir y soñar despiertos. El mundo, hoy, no tiene excusa para ignorar lo que acontece en estos lares. No hay razón para guardar silencio y hacerse el de la vista gorda ante el genocidio impune, expuesto en la gran pantalla a miles de millones de seres planetarios que a diario y a toda hora devoran con ansiedad las matrices informativas formuladas por los medios transnacionales del negocio de la información.

El régimen fascista, patriarcal, racista y capitalista ha tratado en muchas ocasiones de censurar, bloquear, coartar el derecho a la libre expresión, tratando de tapar el cielo con las manos, para que no veas lo injusto, la desigualdad, la corrupción, la crueldad de sus métodos y obsesión de convertir los sueños, en verdaderas pesadillas.

Les ha sido y les será imposible acallar tantas voces, tantos descontentos y mucho menos detener los sueños que pronto serán transformados en realidad soñada.
La ventana mágica ha permitido conocer la Colombia profunda, la que no se testimonia en los libros de historia, la que orgullosa sale a diario a las calles a defender con alegría multicolor la dignidad de los pueblos, la que no se doblega ante el fuego criminal, la misma que derriba monumentos ignominosos y construyen monumentos a la resistencia.

Pero lo más expectante para la gente que se asoma a la ventana al cielo, es ver, en vivo y en directo la caída y derrumbamiento de la estructura criminal del régimen mafioso que agoniza tras los muros de palacio.

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