UN PEDACITO DE LA HISTORIA NUESTRA

UN PEDACITO DE LA HISTORIA NUESTRA


POR: EDWIN DORIA

Reviviendo la historia se constata que la invasión perpetuada por la marca imperial Madein USA, no ocurrió como en antaño, con la Pinta, la Niña y la Santa María, tres nombres inofensivos de embarcaciones cargadas de mercenarios, asesinos, esconvictos, piratas en busca de metales preciosos y tierras para haciendas con el fin de enrriquecerse y salvar al reino español de su decadencia monárquica y feudal.

La escoria invadió con la iglesia católica, misas, rezos, penitencias, limosnas, santos, obispos, sacerdotes, monjas y la terrorífica inquisición. No solamente fueron rezos y alabanzas al señor, no le quepa la menor duda, que no entraron solo a rezar, venian preparados para la guerra. Estos bandidos venian decididos a matar. En ese entonces, esclavizaron y masacraron millones de seres originarios que habitaban estos territorios desde hacía lustros.

Muchas de la armas asesinas empleadas por el invasor para el genocidio, los nativos las desconocían. Cuenta la historia que usaron espadas, lanzas, picas, hachas, dagas, cuchillos, arcos, ballestas, coraza, perros, caballos, mosquetes, arcabuces, pistoletes, falconetes, espingardas y bombarda. Pero el cuento no termina ahí. Junto con los invasores llegaron un sinnúmero de enfermedades e infecciones que contaminaron todo el continente habitado por pueblos originarios que aún resisten el exterminio, a manos de descendientes españoles y los invasores contemporáneos, qué nos invadieron por mar, tierra y aire a través de las ondas sonoras, el espectro electromagnético, via satelital y los mass media para penetrar nuestros propios hogares y esclavizarnos con la promesa de algún día vivir el sueño americano.

Según estudios recientes, no fueron tanto las armas las que marcaron la diferencia, sino las enfermedades infecciosas traídas por los invasores españoles. La viruela, el sarampión, peste bubónica, la difteria, tifus, escarlatina, varicela, fiebre amarilla, el cólera, malaria, poliomielitis, gripe, paludismo, paperas, rubéola, lepra y la rabia canina. Sin dejar de mencionar las enfermedades de transmisión sexual como las enfermedades venereas, sífilis y gonorrea.

Las enfermedades y epidemias que trajeron los invasores españoles, fueron armas letales e invisibles con las que se proclamaron victoriosos y produjeron una hecatombe entre los nativos, enfermedades, infecciones y epidemias que exterminaron a pueblos enteros.

No contentos con el holocausto , los invasores españoles, portugueses, franceses, holandeses e ingleses cometieron otro de los crímenes más abominables de la historia humana, la esclavitud.

Durante algo más de trescientos años de comercialización, explotación y violencia ejercida a más de once (11) millones de seres humanos africanos, traídos a las Américas, provenientes de Senegal, Angola, el Congo y Guinea, trasladados en barcos, denominados de manera despectiva negreros, hasta el Brasil, el Caribe o América del Norte, para realizar trabajos forzados o lo que podríamos denominar condenados a cadena perpetua, se convirtió en un gran negocio para latifundistas, comerciantes, negreros y reyes europeos.

En estos territorios los invasores dictaminaron un sistema social, económico y político que los europeos ya habían superado, la esclavitud. Algunos países como Inglaterra, se encontraban en un periodo de transición del feudalismo al capitalismo. En el caso de España, estaba muy arraigado al feudalismo. Los pueblos nativos, antes de la invasión, practicaban sus propias formas de vida y cosmogonía. Pero, el salvajismo europeo los sometió con fuerza y violencia al esclavismo para la generación de mayores ganancias y aumentar sus riquezas que aún disfrutan, mientras que por estos lados, después, de más de quinientos años de lucha, miseria, violencia y explotación se continúa con la exigencia a los criminales que invadieron estos suelos, justicia, verdad, reparación y liberación. Pero, hasta no lograr la verdadera independencia, expulsando de estos territorios a los invasores más recientes, Made in USA junto con sus cómplices criollos descendientes de los antiguos invasores, no se logrará la paz, la libertad y la autonomía necesaria para la transformación del continente en territorio de vida.

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