«Mi primera menstruación”

«Mi primera menstruación”

Por: Ana Salas y Karen Calderón.

 

La falta de educación menstrual sigue perpetuando el tabú que gira entorno a la menstruación, hablar de ella es fundamental para que las niñas, mujeres y personas menstruantes conozcamos nuestras cuerpas y dignifiquemos la forma en la que se vivimos la menstruación.

La no socialización en la infancia y adolescencia sobre el ciclo menstrual genera experiencias negativas a las personas menstruantes. A mis 12 años de edad menstrué por primera vez, recuerdo la angustia al ver la sangre, el grito a mi madre de nervios y el miedo al creer que si me bañaba me ardería o dolería. No sabía cómo actuar, no sabía qué hacer, había oído sobre la menstruación, pero no sabía nada de ella.  

A continuación, leeremos algunos relatos cortos de experiencias de mujeres de diferentes edades con la llegada de su menarquia, es decir; su primera menstruación.  

Carmen Gómez – 72 años                                                                                                                     

“Yo tenía 10 años, estaba trabajando en el campo y me dieron ganas de orinar, cuando vi me asusté y boté los calzones, no le dije a mi mamá, a mi nunca me hablaron sobre eso, después mi mamá se dio cuenta que me había desarrollado porque me vio el vestido manchado, me dio unas toallas de tela y me dijo que me llegaría cada mes… también me decían que no me podía bañar con agua fría porque eso hacia daño”.

Lucrecia Angarita – 82 años

“Yo tenía 15 años, fui al baño y cuando vi la sangre me asusté, creí que había perdido la virginidad porque eso había oído que pasaba cuando se perdía, yo le dije a mi tía lo que había pasado y ella me dijo que era natural … me decían que no podía tomar cosas ácidas porque se cortaba el periodo y que me bañara con agua tibia”.  

Dayli Hernández – 41 años

“Yo tenía 14 años, nunca me dijeron nada, yo estaba en el colegio, me manché los pantis y de la pena no le pregunté a nadie, enrollé papel higiénico y me lo puse, yo me asusté, lloré mucho, creía que me había enfermado o cortado, pero no sabía cómo había pasado, hasta que ya llegué a la casa y mi hermana me explicó…  Y lo malo que es que no le hablaran a uno, era que no sabía que al desarrollarme ya podía tener hijxs y al poco tiempo quedé embarazada”.

Anónima – 20 años

“Era un fin de semana, estaba en casa y me sentí mojada, yo sabía de la menstruación pero no sabía mucho porque nunca me dijeron nada, sabía que era y que algún día me iba a pasar, pero no lo esperaba, lo que sabía era puras cosas malas, que no podría hacer esto y lo otro, yo le dije a mi mamá y me dijo que me bañara y mientras me bañaba me puse a llorar porque no quería tener eso en mi vida, porque me iba a limitar a vivir la vida de una niña de 13 años, nunca me dijeron nada, solo escuchaba cosas malas”.

Ana Salas – 20 años

“Yo tenía 11 años, y recuerdo que el día anterior de mi menarquia tenía mucho dolor de cabeza y me había tomado unas pastillas, pero no me hacían efecto. Así que comí un poco porque mi mamá me dijo que tal vez era hambre, y después me acosté a dormir. Al día siguiente cuando me desperté, fui al baño, miré mi ropa interior y estaba todo manchado de algo oscuro, primero yo no sabía qué era, porque estaba muy, muy oscuro, así que me bañé y lavé la ropa. Luego me vestí, pero no me puse nada que recogiera la sangre, después de haberme bañado, como a los 5 minutos volví a ir al baño y ahora sí se veía que era sangre, había manchado la ropa otra vez, pero yo no sabía qué hacer, no sabía qué ponerme, creo que de alguna manera sabía qué me estaba pasando, o sea, sabía que era normal, porque en el colegio llegaban unas mujeres a hablar sobre las toallas higiénicas y tampones, pero eso yo siempre se lo regalaba a mi mamá, entonces, yo tenía idea de que ocurría, pero creo que estaba como en shock, recuerdo que me volví a bañar y a cambiar de ropa, pero de nuevo no me puse nada para la sangre. Después salí a jugar con mis primos y primas y tenía mucho miedo porque me iba a manchar, y me revisa, miraba para abajo a cada momento para ver si se veía la sangre, hasta que se volvió a ver y entonces me bañé otra vez, y me puse a llorar porque estaba muy frustrada. Luego me acordé dónde mi mamá guardaba las toallas y los protectores que yo le había dado, los busqué y me puse fue un protector, porque no sabía que era qué cosa, y fui a lavar la ropa interior al patio, entonces ahí llegó mi mamá y vio que estaba lavando la ropa, me miró y yo la miré y me puse a llorar, y ella me abrazo y me preguntó que qué me había puesto y yo se lo mostré, y ahí me explico que eso era un protector y que debía colocarme otra cosa”.

Laura Echenique — 22 años

A mí nunca me hablaron en mi casa de la menstruación, pero en el colegio sí iban las de “nosotras” a hablar y darnos kits, fueron como dos veces, igual también buscaba información en internet, pero no quería que me llegara eso. Cuando llegó fue como que me asusté y no sabía cómo decirle a mi abuela y me puse a llorar porque no quería tener eso, pasé como todo un día así y me manchaba. Después fui a la tienda con mi abuela y dije como, “cómprame eso”, señalé las toallas y ella entendió.

Luisa Domínguez — 22 años

Me desarrolle a los 11, sabía que en algún momento me llegaría porque mi mamá sí me habló de eso, al igual que mi papá. También tuve la experiencia de Adriana (la hermana), pero cuando me llegó fue repentino, porque no es algo que se espera por mucho que te hayan hablado de eso. El problema no fue en sí la menstruación, sino todo lo que se vino con ella, los cólicos, los cambios en mi cuerpo, el aumento de busto, todo eso fue lo que me hizo sentir mal y que empezara a tener una pésima relación con mi periodo, porque no me gustaba en lo que me estaba convirtiendo, por el mismo desarrollo y todo lo que eso conlleva.

Melanie Salas — 26 años

Bueno, la verdad tenía la información más o menos. Es que me crie con mis primas y pues mi hermana, a todas les llegó primero. Así que estaba esperando que me llegara pa’ no sentirme diferente (risas). Ya mi mamá nos había medio contado, nada con detalles realmente, lo típico de que te conviertes en señorita y tal.

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