Por: Naisir Montaño.
El 30 de marzo pasado Tomás Uribe, hijo del expresidente Uribe, fue entrevistado por periodistas de la WRadio sobre diferentes temas de la política nacional, entrevista que decidí escuchar por pura curiosidad.
En fin, en esa entrevista Tomás Uribe hizo algunos comentarios que constituyen mentiras muy descaradas, quedó evidenciado que su única intención fue manipular a través de la mentira, igual como lo hace su padre. Mentiras dijo muchísimas, sin embargo hay tres que en mi opinión son totalmente descaradas.
La primera fue al referirse a “la austeridad en el Estado” y, en esa misma línea, que se debía “reducir el congreso en un 30%”, eso suena bonito, pero lo cierto es que el gobierno Duque (del uribismo) ha resultado todo menos austero, una muestra de ello, sólo para colocar un ejemplo, es la compra de 24 aviones de combate por más de 4.000 millones de dólares, compra que pretenden hacer en los próximos meses; en cuanto a reducir el congreso, lo que no es conveniente porque reduce la representación de regiones claves e intensifica la mala adjudicación territorial de escaños y la concentración de poder, además, si lo que se pretende con eso es ahorrarle recursos al Estado, entonces por qué el partido de gobierno en su momento no apoyó de manera frontal la consulta anticorrupción que buscaba entre otras cosas, reducir el salario de los congresistas o por qué Duque una vez electo presidente se desentendió y no presentó iniciativas que dieran cumplimiento efectivo a los mandatos de la consulta anticorrupción si se había comprometido previamente en hacerlo.
La segunda fue al decir que el gobierno de Iván Duque estaba haciendo un gran esfuerzo para “acabar con la mermelada y reducir la publicidad oficial”, lo cuál es totalmente falso, y una prueba de eso es una investigación realizada por la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), con la que se estableció que el Gobierno Nacional habría creado un sólido mecanismo para evadir la contratación pública, la transparencia y el acceso a la información de los recursos para el manejo de la pandemia; con graves consecuencias como presuntos sobrecostos en kits de mercados, clientelismo y una absoluta opacidad en medio de la crisis sanitaria que azota al país.
Todo eso sin con contar los innumerables nombramientos de amigazos en cargos públicos, ni con el gasto que representa hacer un programa diario para mejorar su imagen y mostrar los ‘logros’ casi inexistentes de un mediocre gobierno.
La tercera cuando le preguntaron sobre las ejecuciones extrajudiciales, comúnmente llamadas ‘falsos positivos’, al respecto Tomás Uribe dijo que “El 57% pasó cuando Juan Manuel Santos era ministro de Defensa (…) gracias a la Seguridad Democrática se corrigió” afirmación que tiene varias imprecisiones y grandes mentiras, lo primero es que Juan Manuel Santos fue uno de los cuatro Ministros de Defensa que tuvo Álvaro Uribe Vélez durante su gobierno, el último para ser exactos, de manera que decir que sucedieron falsos positivos cuando Santos era Ministro es igual a decir que sucedieron cuando Uribe era presidente, pues aquél era ministro de éste; lo segundo y último es según el informe que presentó hace unos meses la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), fue durante el período de 2002 a 2008 (gobierno de Uribe) cuando se presentaron el mayor número de ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos, esto es, el 78% de los casos. La Seguridad Democrática no corrigió absolutamente nada, todo lo contrario, incentivó y empeoró esa práctica criminal.
Se vienen tiempos en los que reinará la mentira y la manipulación de los mismos de siempre.
La invitación hoy es para que todos y todas asumamos una actitud crítica ante la realidad de nuestro país.
https://pares.com.co/2021/01/26/la-mermelada-del-gobierno-de-duque-con-los-recursos-del-covid-19/
Si se aplica la justicia social como mandato de la Ley, Constitución y Códigos vigentes, en Colombia no volveriamos a ver esta clase de noticias o entrevistas que vienen de la misma cadena delincuencial de Estado…Los Entes de Control y las Altas Cortes tendrían más tiempo para direccionar la Rama judicial y del poder público, cuyo resultado final sería la participación comunitaria como Constituyente r
Primario en una Nación verdaderamente Democrática…