Por: María Angélica Serje Arias.
El 5 y 6 de abril del presente año se llevó acabo la primera Convención Nacional Feminista, esta ha dado mucho de qué hablar en las redes sociales, es algo que nunca se había visto en Colombia, es decir, que la noticia de primera plana fuera el feminismo y las mujeres. De la Convención Nacional Feminista me quedo con las voces de las feministas de toda Colombia, fue algo extremadamente poderoso y fuerte, las voces de somos un rostro colectivo, de las indígenas, de las afros, de mujeres lesbianas, excombatientes, de las mujeres diversas, de mujeres trans, fue algo maravilloso, un hecho histórico en nuestro país, me emocioné al escuchar a cada una, en especial a la mujer tamborera.
No estoy de acuerdo que los hombres vengan a decirnos cómo hacer política, o a ser nuestros «jefes políticos», ¡ya basta de lo mismo!, es algo con lo que nunca he estado de acuerdo, las mujeres hablamos de empoderamiento (aunque no es que esté de acuerdo con la utilización de esta palabra), pero empoderamiento sin poder, no va.
Estoy convencida que es la hora de las mujeres, es la hora del feminismo, es la hora de nosotras, tengo la certeza que Latinoamérica será toda feminista o no será (para mí, no es una consigna, será realidad).
Me quedo con la fuerza del feminismo colombiano, me quedo con tantas mujeres poderosas y capaces, sí, capaces. Las mujeres estamos preparadas, las mujeres estamos listas, las mujeres estamos construyendo juntas el camino para el pacto histórico, ese gran pacto en miras de las elecciones presidenciales del 2022. No está mal que haya diversidad en precandidaturas presidenciales alternativas, es magnífico; la dificultad está en que haya diversidad en candidaturas presidenciales alternativas.
Posiblemente muchas no estén de acuerdo conmigo, otras quizá lo estén parcialmente, otras en la totalidad, es que de eso se trata, el feminismo no es un club social, NO.
La construcción del proceso feminista lo concibo de otra forma, debemos dar un debate a la altura, es construir UNIDAD en medio de las diferencias, y saber que juntas somos una FUERZA IMPARABLE; Fuerza que será determinante en la medida en que nos reconozcamos como pares y sobretodo, cuando consolidamos una agenda programática de lucha por las transformaciones sociales de nuestro país, porque el feminismo sin política e ideología es un saco roto.
Por la diversidad de la Convención Nacional Feminista y por ser la primera vez que realiza un evento de esta magnitud, sobretodo un evento que se llama feminista sin ocultarlo, lo coloca de forma visible, las mujeres debemos tener esto claro y no debemos caer en discusiones estériles que solo desdibujan esta iniciativa. Bienvenida la deliberación, bienvenido el debate feminista, pero bienvenido también el respeto, no podemos seguir repitiendo las mismas prácticas que criticamos, construyamos juntas y avancemos hacia el mismo lado.
Tenemos la fortaleza y la capacidad de construir programas y apuestas sólidas para cambiar a nuestro país desde el poder, porque para transformar a nuestro país, hay que aspirar al poder y no quedarnos en la aspiración, hay que lograrlo.